Maestros, Ángeles y Querubines siempre han caminado entre nosotros, haciéndonos recuerdo constante de los elixires celestiales y de cómo alcanzarlos. No hay poder comparable en el Cosmos a la Luz que brota del corazón de un alma en cuerpo cuando ésta alcanza auto-percepción plena en el trancurso de su evolución a través del fragor de las eras.
Las chances son varias hacia el despertar de la auto-percepción. A medida que eso va sucediendo, la memoria eterna va recobrando su lugar, pues el manto de la ilusión se desmantela y se retuerce en su propia inconsistencia. Cuando eso sucede, ciertamente, muchos sacuden la cabeza desconcertados al darse cuenta en piel propia del alto precio de ese juego experimentado, uno que se ha mostrado varias veces como densa niebla y sin salidas aparentes.
Las puertas y portales siempre han estado presentes y en permanente espera para que los corazones humanos los activen de vez.
Sin duda, el tiempo ha llegado, pues la sintonía de millones retumba en el éter. No sólo eso, sino que la acumulación del clamor y la voz de generaciones se escucha con gran fuerza; se escucha en los tímpanos del Cosmos, un Cosmos, cuya premisa es mostrar a sus hijos los vastos rincones brillantes que le circundan, cuyo deseo más ferviente es estrecharle la mano a una Tierra que se ha mantenido por buen tiempo como una bella durmiente y que con fuerza despierta para ganar tiempo perdido.
Por supuesto que lo logrará, pues además de habilidosa y extremadamente inteligente, se agazapa y va de las manos de su Creador/a, uno/a siempre presente para guiarla en esperanza y Luz en medio de su agitado sueño.
En verdad, de los portales del alma, del corazón, de la conciencia y de la mente emanan con abrumadora fuerza sus divinos nutrientes. El suelo, los vientos, las aguas y la carne sacuden y tiemblan para despojarse de vez de lo que siempre incomodó y fustigó la percepción plena del ser humano en su conjunto con todo su entorno.
No es de extrañarse que estemos viviendo tiempos extraños en estas primeras décadas del siglo XXI, en donde los símbolos espirituales, físicos, mentales y emeocionales, que siempre nos han rodeado en nuestro existir -como mensajes de nuestro interior-, están tomando nuevos contextos y comienzan a reclamar atención como nunca antes. No es por nada tantos cambios: de trabajo, de amigos, de lugares, de economía, intereses, de clima... Todo es parte de un asombroso realineamiento con las partes más íntimas y vivas de nuestro ser -y que han esperado ya mucho.
Se está dando una nueva reestructuración del pensamiento y para eso, las viejas normas se están haciendo a un lado. Es necesario. Se está dando en la política, en los gobiernos, en las economías. El viejo esquema está irremediablemente destinado a reevaluarse y a transformarse, pues los corazones humanos desean encumbrarse en la Libertad, La Paz y la Armonía. Y tal vez para ello, haya que recalibrar todos los lazos con frecuencias mentales y emocionales que se han reflejado en un aparente progreso material y tecnológico a muy altísimo precio para toda la esfera terrestre y los divinos seres que la habitan.
Lo que pocos hablan y hacen público se refiere a la gran tecnología espiritual que subyace en todo ser humano. Más de uno, a través de toda la historia han mostrado las facultades que un hombre y una mujer poseen cuando están conectados con el espíritu. Los milagros no son un atributo de la mera casualidad, son aspectos intrínsecos del día a día, son componentes naturales del ser humano que una "cultura lógica" impide su manifestación natural, fluida y plena.
Tenemos a nuestro alrededor una época mágica, donde poseemos la chance de dar un nuevo rumbo a nuestro presente y futuro, donde cada uno es capaz de determinar el curso de su propia existencia, de manera ejemplar y positiva. Siempre ha sido así, aunque hayan aparecido esos que se han esforzado para colocar condiciones y hacer creer lo contrario.
Siempre manténte firme contigo mismo. Confía por siempre en el más grandioso y verdadero poder, ése que irradia el centro de tu corazón, la fuente máxima de todos los "milagros" Y por donde vayas, llévalo contigo y extiende con pasión ese sentimiento y ese canto, pues fue eso lo que Jesús, el Cristo, y el Buda, además de tantos otros, entre Avatares, Santos y aquellos conocidos y desconocidos vinieron a enseñarte y mostrarte, encendiendo la chispa de esa flama interna.