A medida que vayamos limpiando y depurando nuestros filtros perceptivos, iremos notando más claramente los filamentos y conexiones con "la hiperrealidad" y al percibirlo más y más, nuestro foco de atención también se modifica, permitiendo canalizar los fluidos vibratorios que provienen de dichos parajes.
Es así como paulatinamente vamos alterando una realidad, a través del foco, de la atención y de la concentración metódica en nuestros sueños internos. Es exactamente de ese modo como muchas entidades terrestres se están manejando hoy en día. A través del descubrimiento y uso de sus potencialidades humanas están aprendiendo a acceder cada vez de manera más frecuente a este campo denominado aquí de "hiperrealidad", un contexto de interconexiones psíquicas y sensoriales disponibles para el ser humano siempre y cuando se sincronice con tal frecuencia. Lo que aquí se hace es mencionarlo someramente para que el lector/a indague y discierna más sobre este tema formidable, uno que está ganando fuerza y resonancia por parte de estudiosos de diversas áreas y por eso también sus diversas nomenclaturas.
Se puede decir que "la hiperrealidad" es la sustancia conciencial que permite la conexión psíquica entre conciencias individuales y así, cada mente, al estrechar lazos, amplifica sus ondas y campo de influencia. A través de esta sincronía entre mentes y corazones afines, la manifestación de ciertas intenciones, así como de diversas formas inexplicables de cura puede proyectarse en el plano material, pues es este plano que funciona a manera de una pantalla donde se va cristalizando la sustancia etérica e intangible que denominamos de pensamientos y deseos.
Nuestro día a día nos ha servido como ejercicio y preparación histórico como aquel campo de depuración perceptiva de la psique y las emociones, pues es sólo con una concentración acentuada que podemos ingresar a este campo amplificado de fuerza. No es por nada el afán de ciertos grupos de poder en mantener a las poblaciones mundiales distraidas con un sinnúmero de oscilaciones frenéticas y caóticas de los más variados géneros, llámese de sobrevivencia, económica, política y hasta de entretenimiento. Todo ha sido válido para estas entidades en sus ansias de mantenerse vigentes por encima de la mayoría de humanos. Cabe resaltar que éstos son maestros de esas artes y lo han logrado muy astutamente manteniendo a gran parte de las poblaciones humanas inconexas y apartadas de este campo vibracional, uno que tiene que ver con las curas y los milagros. Algunos que vinieron a enseñar sobre estas habilidades naturales que todo ser humano carga en su genética -como Jesucristo-, llegaron a ser perseguidos y sus enseñanzas tergiversadas a través de la fuerza y el trauma. De tal forma, la desconexión ha ganado vigencia, en especial, en un contexto moderno donde se ha enfatizado de manera regia las bondades exacerbadas del individualismo, la competición, el lucro y el éxito rotundo para los seguidores de tan dolorosa y sacrificada doctrina. Este nivel de competición simplemente destruye la conexión.
A estas herramientas de distracción denominamos de "armas psíquicas", usadas para direccionar a una buena porción de las poblaciones mundiales hacia la ignorancia de la "hiperrealidad", esa que nos bombardea a cada instante con la alta vibración y el estímulo de la "energía vital", "el atma" o el "prana" energético que algunas culturas milenarias desde hace muchísimo tiempo ya hacían mención en sus escritos.
Las armas psíquicas modernas están representadas por el embrujo de las nuevas tecnologías, a través del entretenimiento iconográfico y del retrato de un mundo que es dibujado como un campo de juego y/o juguete para el entretenimiento colectivo. La guerra y la violencia hacen parte de toda una serie de videojuegos de última generación, cuya función es desconfigurar la empatía y mostrar actos violentos como siendo aspectos lúdicos comunes que desenvuelven los reflejos y la concentración en el adolescente y joven en general.
Consecuentemente, pueden presentarse "irrupciones" que funcionan como alarmas personales y/o grupales, capaces de forzar un cambio perceptivo cuando los filtros están muy congestionados e impiden el flujo normal de información "sensitiva" o "perceptiva" por causa de bloqueos racionales. Estas irrupciones son señales o códigos de lectura para que cada uno vaya prestando adecuada atención para modificar el curso de su realidad. Así, cuando las señales han sido bien interpretadas por la conciencia individual, éste/a puede acceder a otro nivel de conciencia, a través de la conexión con otras conciencias singulares, generando una conciencia de grupo, que dependiendo del foco y de la intención, es capaz de operar toda clase de milagros. De tal modo, se explica igualmente el poder de la oración.
Lo que aquí mencionamos, no se lo hace al acaso, se lo hace bajo el conocimiento intrínseco del funcionamiento de una realidad que recién comenzamos a percibir colectivamente, y de forma todavía muy escueta. Hay muchos cuyas experiencias comienzan a revelarse y mediante tales investigaciones y resultados concretos, acabaremos teniendo una experiencia más tangible de esta "hiperrealidad", especialmente, en una sociedad moderna que busca a cualquier precio pruebas físicas de lo incognoscible. Para aquellos, que ya nacieron con esa percepción activada de aquello que no se explica, estas palabras pueden servir como un recordatorio de sus presentimientos y visiones internas...
¿Cómo limpiamos nuestros filtros perceptivos?
Lo hacemos haciéndonos cada vez más conscientes de nuestros propios pasos, de nuestros pensamientos, nuestras palabras y emociones, de nuestros lazos con personas y situaciones que cooperan a mantener vínculos con realidades viciadas. Es menester que cada uno se esfuerce por detectar lo que ha permanecido por tiempo indetectable en la "conciencia" o, mejor dicho, en el "subconsciente colectivo", siguiendo impulsos, padrones y normas individuales y grupales automáticamente y sin la menor reflexión al respecto.
Se están haciendo estudios y experiencias muy avanzadas sobre este "poder de la conexión", que aquí hemos denominado de "hiperrealidad" y lo que aquí se desea destacar es que los cambios llegarán a darse de manera más acentuada a nuestro alrededor a medida que aprendamos a valorar las conexiones con nosotros mismos y nuestro entorno, y aprendamos a prestar atención permanente al intercambio fluido de datos e información entre cada una de las partes. Una conexión capaz de amplificar no sólo la cura individual de personas sino capaz de afectar positivamente, si realmente lo deseamos, sociedades enteras, equilibrando y pacificando naturalmente su proceder. Esa es la propuesta que hace permanentemente este blog y así se lo seguirá haciendo bajo esta insignia original y propia, de manera escrita y a la vez bajo la introducción paulatina de la imagen audiovisual, para aquellos que naturalmente se sientan invitados a ser parte de este llamado.
Disfrutemos entonces de esta increíble hiperrealidad con la que la vida misma nos pone en contacto!
